Un reciente estudio ha identificado, por primera vez, la presencia de cocaína (COC) y su principal metabolito, la benzoilecgonina (BE), en tiburones pico afilados brasileños (Rhizoprionodon lalandii), marcando un hito en la investigación de contaminantes emergentes en la fauna marina. Este hallazgo subraya cómo las drogas ilícitas, consideradas hasta ahora una amenaza principalmente terrestre, también impactan en los ecosistemas acuáticos y sus especies.
El análisis, que incluyó a 13 tiburones capturados en Brasil, encontró que el 100% de las muestras contenían trazas de COC, mientras que el 92% también presentaban BE. Las concentraciones de COC en los tejidos musculares (33,8 ± 33,4 μg/kg) resultaron ser tres veces mayores que en el hígado (12,2 ± 14,2 μg/kg), destacando el potencial de bioacumulación del compuesto en tejidos clave. Además, se observaron diferencias significativas entre hembras y machos, con mayores niveles en las hembras (40,2 ± 35,8 μg/kg en músculo frente a 12,4 ± 5,9 μg/kg en machos), particularmente en las hembras no preñadas.
La cocaína y la BE son clasificadas como contaminantes ambientales emergentes debido a su liberación constante al medio acuático. Fuentes como tratamientos de aguas residuales inadecuados, operaciones clandestinas de refinamiento y paquetes de droga abandonados contribuyen a su presencia en ríos, mares y océanos. Estas sustancias no solo se han detectado en concentraciones de hasta 2.650 ng/L en aguas superficiales de América Latina, sino también en suministros de agua potable en países europeos como Suecia.
Estudios previos han demostrado que la cocaína puede ser altamente tóxica para varias especies acuáticas, como moluscos, crustáceos y peces óseos. Los efectos observados incluyen desequilibrios oxidativos, daño celular y alteraciones en el comportamiento. Sin embargo, este es el primer informe sobre el impacto directo en elasmobranquios como los tiburones, los cuales desempeñan un papel crítico en el equilibrio de los ecosistemas marinos.
El tiburón pico afilado brasileño fue seleccionado como modelo de estudio debido a sus hábitos costeros, su alta fidelidad al sitio y su importancia comercial en Brasil. Estas características lo convierten en un indicador ideal de la contaminación en áreas urbanas donde la descarga de residuos es elevada. Además, esta especie está catalogada como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y su estudio es crucial para evaluar los riesgos ambientales y de salud humana asociados a la contaminación por drogas.
Este estudio no solo resalta un nuevo riesgo para especies marinas vulnerables, sino que también plantea preocupaciones sobre la seguridad alimentaria. Los tiburones son una fuente de proteína ampliamente consumida, y la presencia de contaminantes como la cocaína podría tener implicaciones para la salud humana. Además, la contaminación por drogas podría estar contribuyendo al declive poblacional de los tiburones, exacerbando las amenazas ya existentes como la pesca excesiva y el cambio climático.
La detección de cocaína en tiburones libres subraya la necesidad urgente de fortalecer la gestión de residuos y mejorar las tecnologías de tratamiento de aguas residuales. También es fundamental realizar investigaciones más amplias para comprender el alcance de la contaminación por drogas en otros ecosistemas y especies. Este descubrimiento debería servir como un llamado a la acción para proteger la biodiversidad marina y garantizar la sostenibilidad de los recursos acuáticos para las generaciones futuras.
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ContaminaciónReferencia: de Farias Araujo, G., de Oliveira, L. V. A., Hoff, R. B., Wosnick, N., Vianna, M., Verruck, S., Hauser-Davis, R. A., & Saggioro, E. M. (2024). “Cocaine Shark”: First report on cocaine and benzoylecgonine detection in sharks. The Science of the Total Environment, 948(174798), 174798. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2024.174798