La transición hacia fuentes de energía renovable ha alcanzado un punto crucial en Europa. En países como los Países Bajos y Alemania, donde los techos están cada vez más saturados de instalaciones fotovoltaicas, las fachadas de los edificios se presentan como una alternativa viable para expandir el uso de esta tecnología. Este artículo explora un análisis exhaustivo sobre la energía fotovoltaica integrada en fachadas (BIPV, por sus siglas en inglés), evaluando su rendimiento técnico, financiero y ambiental.
En la última década, los Países Bajos han experimentado un crecimiento acelerado en la instalación de energía fotovoltaica. Desde los 90 MW instalados en 2010 hasta los impresionantes 24,4 GW en 2023, el país lidera el ranking mundial con 1,3 kW de capacidad instalada por habitante. Este rápido avance se debe, en gran medida, a políticas favorables como la medición neta, que incentivan a los usuarios a generar electricidad de forma equivalente a su consumo anual.
Sin embargo, este crecimiento también ha generado desafíos técnicos, como la congestión de la red eléctrica y fluctuaciones de voltaje. Además, la intermitencia de fuentes renovables como la solar y la eólica afecta el valor económico de la electricidad generada, reflejado en fenómenos como los precios negativos en el mercado eléctrico.
Ante la saturación del espacio en techos y la controversia en torno a los campos solares, las fachadas de edificios emergen como una opción prometedora. Este estudio analiza datos de los últimos cinco años para comparar el desempeño de los paneles fotovoltaicos instalados en fachadas orientadas al sur, este y oeste, con sistemas optimizados en techo. Aunque la orientación óptima genera mayores ingresos y reduce más emisiones, las fachadas ofrecen beneficios significativos en otros aspectos:
Reducción de Emisiones:
Valor Económico Creciente:
En 2023, el factor de valor de la electricidad generada por paneles orientados de manera óptima disminuyó a 0,73, mientras que las fachadas este y oeste se mantuvieron en 0,87 y 0,84, respectivamente.
Mayor Autoconsumo:
Estos resultados destacan la capacidad de las fachadas para adaptarse mejor a la demanda de electricidad residencial, reduciendo la presión sobre la red en horas críticas.
Este estudio subraya la necesidad de políticas que incentiven una combinación óptima de orientaciones fotovoltaicas en las comunidades. Incentivos diferenciados podrían fomentar la instalación de paneles en fachadas, equilibrando las demandas de generación y estabilidad de la red. Además, combinar sistemas BIPV con tecnologías como almacenamiento eléctrico o térmico podría aumentar significativamente el autoconsumo, reduciendo la dependencia de la red y mejorando los beneficios ambientales.
En conjunto, la energía fotovoltaica integrada en fachadas tiene el potencial de transformar el panorama energético europeo. Al reducir emisiones, aliviar la congestión de la red y adaptarse a precios más altos en el mercado eléctrico, estas soluciones representan un avance significativo hacia un futuro más sostenible y eficiente.
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TecnologíaReferencia: Schram, W. L., & Shirazi, E. (2025). PV on façades: A financial, technical and environmental assessment. Energy and Buildings, 328(115010), 115010. https://doi.org/10.1016/j.enbuild.2024.115010