La batalla silenciosa de los bosques nubosos ante el cambio climático


Bosque Nuboso
Bosque Nuboso
Ricardo Sánchez

Los bosques nubosos mesoamericanos, refugio de una biodiversidad asombrosa, están viviendo una transformación silenciosa pero imparable. Nuevas investigaciones revelan que, en respuesta al calentamiento global y la deforestación, muchas especies de plantas están modificando sus rangos altitudinales, desplazándose hacia zonas más elevadas. Este fenómeno, lejos de ser anecdótico, evidencia una dinámica compleja en la que los efectos del cambio climático se ven amplificados por la pérdida de cobertura forestal y otros impactos antropogénicos.

En las últimas décadas, los cambios en las temperaturas y los patrones de precipitación han reconfigurado la forma en que las especies habitan el planeta. En regiones tropicales altamente diversas como las montañas mesoamericanas, donde la distribución de nubes y la humedad son vitales para el equilibrio de los ecosistemas, el aumento de la temperatura y la consecuente elevación de la base de las nubes están provocando modificaciones en la disponibilidad de agua. Estos cambios no solo afectan el clima, sino que, sumados a la deforestación, ejercen una presión adicional sobre las especies, obligándolas a “moverse” para encontrar condiciones ambientales adecuadas.

Un grupo de investigadores ha aprovechado tres décadas de registros de ocurrencia de especies para explorar cómo las plantas de bosques nubosos se están adaptando a este escenario cambiante. Utilizando datos precisos de elevación obtenidos a partir de modelos digitales de alta resolución, el estudio se enfocó en determinar si las especies han modificado sus rangos altitudinales en respuesta al calentamiento y a la pérdida de hábitat.

Entre los hallazgos más sorprendentes destaca un desplazamiento promedio de las especies hacia zonas más elevadas, que oscila entre 1,8 y 2,7 metros por año desde 1979. Este cambio se atribuye, en gran parte, al retroceso de los bordes inferiores de los rangos de distribución. Es decir, mientras que algunas especies se desplazan hacia arriba, lo que realmente se observa es una contracción de la parte baja de su distribución, lo que podría significar la pérdida de hábitats esenciales para su supervivencia.

La respuesta de las especies al cambio ambiental no es homogénea. El estudio revela que, en algunas ocasiones, las plantas muestran movimientos descendentes o cambios muy leves, en contraste con las expectativas derivadas del calentamiento global. Estas diferencias pueden estar vinculadas a diversos factores:

  1. Rasgos de dispersión y formas de crecimiento: Las especies que dependen del viento para dispersarse, así como epífitas y arbustos, han mostrado cambios en el punto medio de elevación más pronunciados. En cambio, los árboles y aquellas especies con dispersión no asistida se desplazan a un ritmo más lento. Esto sugiere que la capacidad de dispersión y la estrategia de crecimiento son cruciales para determinar la rapidez con la que una especie puede seguir el ritmo de un clima en transformación.
  2. Termofilia y sensibilidad al calor: Las especies menos termófilas –aquellas que prosperan en ambientes más frescos– están experimentando cambios más acentuados. La “termofilización” de los bosques nubosos se manifiesta no solo por la llegada de especies de tierras bajas, adaptadas al calor, sino también por el retiro de las especies de montaña menos termófilas, que se ven forzadas a buscar condiciones más benignas en zonas de mayor elevación.
  3. Impactos de la deforestación: La pérdida de cobertura forestal, especialmente en las zonas bajas, no solo disminuye la interceptación de la niebla y la precipitación, sino que también incrementa la inestabilidad térmica dentro del bosque. Esto se traduce en un aumento del estrés hídrico para las especies ubicadas en los bordes inferiores de sus rangos, impulsándolas a desplazarse hacia altitudes mayores.

Estos hallazgos no son meramente académicos; tienen profundas implicaciones para la conservación de ecosistemas que ya se encuentran amenazados. Los bosques nubosos, que ocupan menos del 1% de la superficie de la región, pero albergan aproximadamente el 18% de su diversidad vegetal, están en riesgo. Con menos del 20% de estos bosques protegidos y una cubierta forestal reducida a la mitad en el último siglo, el escenario es alarmante.

La variabilidad en la respuesta de las especies –algunas adaptándose y desplazándose, mientras otras parecen permanecer estancadas o incluso retraerse– plantea preguntas cruciales sobre su capacidad de adaptación o aclimatación ante condiciones ambientales cambiantes. La evidencia obtenida a partir de datos de ocurrencia resalta la necesidad de establecer estudios sistemáticos y de largo plazo que permitan monitorear en tiempo real la evolución de estos ecosistemas. Solo a través de un seguimiento continuo se podrá anticipar el alcance de los impactos del cambio global y, en consecuencia, implementar estrategias de conservación efectivas.

El cambio en los rangos altitudinales de las especies en los bosques nubosos mesoamericanos es una muestra tangible de cómo el cambio global está reconfigurando la biodiversidad. Al menos una cuarta parte de las plantas estudiadas está experimentando un desplazamiento ascendente, una señal inequívoca de que el levantamiento de la base de las nubes y la deforestación están alterando los equilibrios ecológicos de estas regiones.

La investigación pone de manifiesto la fragilidad de estos ecosistemas y la urgencia de reforzar los esfuerzos de monitoreo y conservación. Frente a un futuro incierto, la comunidad científica, los responsables políticos y la sociedad en general deben actuar de manera coordinada para proteger uno de los tesoros naturales más valiosos y vulnerables de nuestro planeta.

En definitiva, la transformación de los bosques nubosos es un llamado a la acción. No es solo una historia sobre datos y modelos, sino sobre la supervivencia de innumerables especies que dependen de estos ecosistemas para continuar su ciclo vital. La urgencia de comprender y mitigar los efectos del cambio climático y la deforestación nunca ha sido tan palpable.


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Biodiversidad

Referencia: Ramírez-Barahona, S., Cuervo-Robayo, Á. P., Feeley, K. J., Ortiz-Rodríguez, A. E., Vásquez-Aguilar, A. A., Ornelas, J. F., & Rodríguez-Correa, H. (2025). Upslope plant species shifts in Mesoamerican cloud forests driven by climate and land use change. Science (New York, N.Y.), 387(6738), 1058–1063. https://doi.org/10.1126/science.adn2559

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