La crisis del agua: un desafío global para la paz y el desarrollo sostenible


Freezing Water
Freezing Water
Jordi Martorell

En un mundo cada vez más aquejado por tensiones hídricas y conflictos relacionados con el acceso a los recursos, el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2024, publicado por la UNESCO en nombre de ONU-Agua, destaca un mensaje urgente: la cooperación internacional en la gestión del agua es crucial para salvaguardar la paz mundial y garantizar el bienestar de millones de personas.

El informe revela un panorama preocupante: 2.200 millones de personas carecen de acceso a agua potable gestionada de forma segura, y 3.500 millones no tienen acceso a servicios de saneamiento adecuados. La creciente presión sobre los recursos hídricos, exacerbada por el cambio climático y el aumento de la demanda, intensifica el riesgo de conflictos locales, regionales e internacionales.

La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, subrayó la urgencia de actuar: “A medida que aumenta el estrés hídrico, también crecen los riesgos de conflicto. Si queremos preservar la paz, debemos actuar rápidamente para salvaguardar los recursos hídricos y fortalecer la cooperación regional y mundial en este ámbito”.

Por otro lado, Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y de ONU-Agua, destacó el potencial transformador del agua cuando se gestiona de manera sostenible: “El agua puede ser una fuente de paz y prosperidad. Es el elemento vital de la agricultura y un motor socioeconómico para miles de millones de personas”.

La falta de acceso al agua tiene consecuencias devastadoras para las comunidades más vulnerables. En 2022, la mitad de la población mundial experimentó escasez grave de agua durante al menos parte del año, mientras que una cuarta parte enfrentó niveles “extremadamente altos” de estrés hídrico, consumiendo más del 80% de sus reservas renovables.

Los efectos sociales son especialmente graves para niñas y mujeres, quienes suelen ser las principales responsables de recolectar agua en zonas rurales. Esta labor consume horas cada día, limitando sus oportunidades educativas y económicas y exponiéndolas a mayores riesgos de violencia de género. Según un estudio en Somalia, los desplazamientos causados por la inseguridad hídrica han incrementado la violencia de género en un 200% entre personas desplazadas.

Además, la falta de agua adecuada impulsa la migración forzada, generando tensiones adicionales en los lugares de destino. Este círculo vicioso no solo exacerba la inseguridad hídrica, sino que también amenaza la estabilidad social.

El informe subraya que la cooperación transfronteriza en la gestión del agua es una herramienta poderosa para prevenir conflictos y promover la estabilidad. Sin embargo, los avances en este ámbito son limitados. Aunque el 40% de la población mundial vive en cuencas fluviales y lacustres compartidas, solo una quinta parte de los países han establecido acuerdos para gestionar estos recursos de manera conjunta y equitativa.

África es especialmente vulnerable: dos tercios de los recursos hídricos del continente son transfronterizos, pero solo siete de los 106 acuíferos compartidos han sido objeto de cooperación interestatal formal. La región del Sahel, por ejemplo, enfrenta tensiones constantes debido a la degradación de humedales y la competencia por recursos limitados.

A pesar de los desafíos, algunos casos demuestran que la cooperación es posible y efectiva:

  • Cuenca del Río Sava: En el sudeste de Europa, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia y Eslovenia firmaron en 2002 el Acuerdo Marco sobre la Cuenca del Río Sava (FASRB), que ha sido clave para la gestión sostenible del agua y la estabilidad regional. Este modelo destaca como un ejemplo de mejores prácticas globales.
  • Cuenca del Lago Chad: Aunque este lago ha perdido el 90% de su volumen en 60 años, la Comisión de la Cuenca del Lago Chad (LCBC) ha ampliado su mandato para coordinar el desarrollo local, prevenir disputas y abordar los desafíos socioeconómicos y de seguridad de la región.

Estos ejemplos demuestran que la cooperación internacional, respaldada por marcos legales adecuados y el apoyo de las Naciones Unidas, puede transformar la gestión de recursos hídricos compartidos en una oportunidad para la paz y el desarrollo sostenible.

El informe de la UNESCO concluye con un llamado claro: los Estados deben priorizar la creación de acuerdos transfronterizos y fortalecer la cooperación para garantizar el acceso equitativo al agua. El agua no es solo un recurso; es un derecho humano fundamental, un motor de desarrollo y un pilar de la estabilidad mundial. Si no se actúa con urgencia, el costo humano, social y económico de la inacción será incalculable.


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Referencia: Yinuo. (2024, March 22). Press release. United Nations Sustainable Development; United Nations: Sustainable Development Goals. https://www.un.org/sustainabledevelopment/blog/2024/03/un-world-water-development-report/

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