En el exuberante bosque de Budongo, Uganda, se ha hecho un descubrimiento notable que podría revolucionar nuestra comprensión de la medicina no humana. Un estudio reciente publicado en PLOS ONE ha arrojado luz sobre el comportamiento sofisticado de los chimpancés salvajes que parecen automedicarse utilizando la flora diversa del bosque.
Los chimpancés, nuestros parientes vivos más cercanos, comparten aproximadamente el 98,6% de nuestro ADN, lo que hace que sus comportamientos sean particularmente fascinantes tanto para los científicos como para los profanos. Este estudio, realizado por un equipo de investigadores, observó a dos comunidades de chimpancés habituados e identificó una variedad de plantas consumidas por estos primates, que se cree que tienen propiedades medicinales.
La investigación se centró en 17 muestras botánicas asociadas a comportamientos como comer corteza, comer madera muerta y quitar médula, especialmente en momentos en que los chimpancés tenían cargas parasitarias elevadas, resultados anormales en el análisis de orina o lesiones. Las plantas seleccionadas para el estudio incluyeron partes de 13 especies, nueve árboles y cuatro plantas herbáceas.
Lo que destaca a este estudio son las rigurosas pruebas farmacológicas que acompañaron a las observaciones del comportamiento. Los investigadores produjeron tres extractos de diferente polaridad de cada muestra vegetal usando n-hexano, acetato de etilo y metanol / agua, y los introdujeron en modelos in vitro antibacterianos y antiinflamatorios. Sorprendentemente, el 88% de los extractos exhibieron una inhibición significativa contra un panel de aislados clínicos de bacterias multirresistentes, incluidas las cepas ESKAPE, a una concentración de 256 μg / mL. Además, el 33% de los extractos probados mostraron una inhibición sustancial de la COX-2, lo que indica propiedades antiinflamatorias.
Uno de los hallazgos más llamativos fueron las potentes propiedades medicinales del extracto de n-hexano de la madera muerta de Alstonia boonei y el extracto de metanol-agua de la corteza y resina de Khaya anthotheca. Estos extractos no solo mostraron una fuerte actividad antibacteriana sino que también fueron consumidos por individuos altamente parasitados, lo que sugiere una elección deliberada por parte de los chimpancés para abordar sus problemas de salud.
Las implicaciones de este estudio son profundas. Destaca la inteligencia y la capacidad de adaptación de los chimpancés para manejar su salud y proporciona una mina de oro potencial de información para el desarrollo de nuevos fármacos para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos y las enfermedades inflamatorias crónicas. Además, subraya la importancia de preservar los hábitats naturales, que no solo albergan vida silvestre sino que también son un reservorio de recursos farmacológicos sin explotar.
A medida que continuamos explorando el mundo natural, estudios como este nos recuerdan las intrincadas conexiones entre todos los seres vivos y la dependencia compartida de la biodiversidad de la Tierra. El bosque de Budongo, con sus "farmacias forestales", ofrece una ventana al sofisticado mundo de la automedicación de los chimpancés y un recordatorio del valor de conservar estos ecosistemas preciosos para las generaciones futuras y el avance científico.
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Referencia: Freymann, E., Carvalho, S., Garbe, L. A., Dwi Ghazhelia, D., Hobaiter, C., Huffman, M. A., Muhumuza, G., Schulz, L., Sempebwa, D., Wald, F., Yikii, E. R., Zuberbühler, K., & Schultz, F. (2024). Pharmacological and behavioral investigation of putative self-medicative plants in Budongo chimpanzee diets. PloS One, 19(6), e0305219. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0305219