Maestrías en silvicultura: una nueva vía para transformar la gestión forestal en el siglo XXI


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Emily Ranquist

Redacción HC

En los últimos años, la silvicultura ha dejado de ser un campo centrado únicamente en la producción de madera para convertirse en una disciplina clave en la lucha contra el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la gestión sostenible de los recursos naturales. Sin embargo, este cambio exige un tipo de profesional diferente: técnicos y gestores capaces de integrar ciencia, gobernanza y acción social. Un estudio publicado en Forests (MDPI, 2021) por Wil de Jong, Kebiao Huang y colaboradores analiza precisamente cómo los nuevos programas de educación continua con grados académicos están redefiniendo la formación forestal a nivel global.

Un nuevo paradigma educativo: más allá de los cursos cortos

Durante décadas, la educación continua en el sector forestal se basó en cursos breves o talleres técnicos que buscaban actualizar conocimientos específicos. Pero el estudio A Comparison of Forestry Continuing Education Academic Degree Programs plantea una tendencia diferente: maestrías y doctorados diseñados específicamente para profesionales en ejercicio.

Estos programas —implementados por instituciones como la Asia-Pacific Network for Sustainable Forest Management and Rehabilitation (APFNet) o la Asian Forest Cooperation Organization (AFOCO)— combinan la rigurosidad de la educación universitaria con la aplicabilidad práctica de la formación profesional. Según los autores, esta modalidad representa un “tercer tipo” de educación: un punto intermedio entre la formación académica tradicional y la capacitación técnica de corta duración.

Comparación de cinco programas en Asia-Pacífico

El estudio analizó cinco programas de educación continua en la región Asia-Pacífico, que incluyen iniciativas de APFNet, AFOCO, el Master of International Forestry (MIF) y el programa SUTROFOR, entre otros. A través de una revisión documental y comparativa, los investigadores identificaron patrones comunes y diferencias significativas.

Por un lado, todos los programas comparten el objetivo de mejorar las competencias técnicas y de gestión de los participantes, permitiéndoles obtener un grado académico. Por otro, existe una amplia diversidad en diseño curricular y flexibilidad. Algunos, como SUTROFOR, enfatizan la gestión sostenible y las habilidades sociales; otros mantienen un enfoque técnico más clásico centrado en la silvicultura productiva.

Las variaciones dependen de las universidades anfitrionas y de si el programa fue creado específicamente para profesionales o adaptado de un currículo académico existente.

Beneficios e impactos profesionales

Las encuestas aplicadas en los programas analizados revelan altos niveles de satisfacción entre los estudiantes. En el caso del Asian Scholarship Program (ASP), todos los encuestados afirmaron haber mejorado sus conocimientos y desempeño laboral tras cursar la maestría.

Sin embargo, el estudio advierte que los beneficios individuales no siempre se traducen en cambios institucionales. Muchos egresados enfrentan limitaciones al intentar aplicar sus nuevas habilidades en entornos laborales rígidos o jerárquicos, donde los roles profesionales son poco flexibles.

En palabras de los autores, “la educación formal puede brindar herramientas valiosas, pero su impacto depende de la capacidad de las organizaciones para absorber el cambio”. Este hallazgo subraya la necesidad de que los empleadores acompañen la capacitación con reformas organizativas que permitan aplicar lo aprendido.

Por qué surgen estos programas

Los investigadores identifican tres factores que explican la proliferación de programas de formación continua con grado académico:

  1. Nuevas demandas interdisciplinarias en la gestión forestal, que requiere integrar economía, ecología, sociología y políticas públicas.
  2. Deficiencias en la educación superior tradicional en países con grandes recursos forestales, donde la formación técnica suele ser insuficiente.
  3. Iniciativas internacionales de fortalecimiento de capacidades impulsadas por organismos como APFNet y AFOCO, que buscan mejorar la gobernanza forestal mediante la educación.

Este contexto global revela que el futuro de la silvicultura no solo depende de innovaciones tecnológicas, sino también de innovaciones educativas que respondan a las realidades institucionales y culturales de cada región.

Implicaciones para políticas públicas y sociedad

El estudio subraya que invertir en programas de educación continua avanzada puede tener efectos multiplicadores en la gobernanza forestal. Profesionales mejor preparados pueden diseñar políticas más efectivas para la conservación, la mitigación del cambio climático y el manejo sostenible de los bosques.

Para los gobiernos, financiar la formación de personal clave podría traducirse en una gestión pública más eficiente. No obstante, los autores advierten que la educación por sí sola no garantiza el cambio: es fundamental crear condiciones organizativas que valoren la innovación y la aplicación práctica de los nuevos conocimientos.

A nivel social, estos programas contribuyen indirectamente a la protección de los medios de vida de comunidades rurales y pueblos indígenas, al fortalecer la capacidad técnica y ética de quienes toman decisiones sobre el uso del territorio.

Relevancia para América Latina

Aunque el estudio se centra en Asia, su relevancia para América Latina es evidente. En la Amazonía y los Andes, donde los bosques cumplen funciones esenciales en el equilibrio climático global, existe una necesidad urgente de profesionales capaces de integrar ciencia, gobernanza y participación comunitaria.

Modelos similares podrían implementarse mediante alianzas entre universidades regionales, organismos multilaterales y ministerios de medio ambiente, siguiendo el ejemplo exitoso de APFNet y AFOCO.

Conclusión: educación que transforma la gobernanza forestal

El análisis de de Jong y sus colegas demuestra que los programas de educación continua con grado académico representan una innovación clave en la profesionalización del sector forestal. Su impacto potencial va más allá del aula: puede contribuir a mejorar la gobernanza ambiental, la formulación de políticas públicas y la gestión sostenible de los bosques.

El reto ahora es garantizar que la inversión en educación se traduzca en cambios estructurales reales. Las universidades, los gobiernos y las organizaciones internacionales tienen la oportunidad de convertir la formación avanzada en una herramienta estratégica para proteger los ecosistemas forestales del siglo XXI.


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Academia

Referencia: De Jong, W., Huang, K., Zhuo, Y., Kleine, M., Wang, G., Liu, W., & Xu, G. (2021). A comparison of forestry continuing education academic degree programs. Forests, 12(7), 824. https://doi.org/10.3390/f12070824

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