La genética antigua está reescribiendo capítulos enteros de la historia humana. Por primera vez, un equipo internacional de investigadores ha logrado secuenciar el genoma completo de un individuo del Antiguo Reino egipcio, arrojando nueva luz sobre los orígenes poblacionales de una de las civilizaciones más influyentes del mundo antiguo. El estudio, publicado en la revista Nature (https://doi.org/10.1038/s41586-025-09195-5), ofrece un avance sin precedentes en paleogenómica egipcia y abre la puerta a futuros análisis que podrían transformar nuestra comprensión de los vínculos entre África del Norte, el Nilo y el Creciente Fértil.
Durante décadas, los genetistas enfrentaron un obstáculo importante: las condiciones ambientales del Nilo degradan el ADN humano, lo que impedía obtener genomas completos de épocas tempranas. Esto dificultaba responder a preguntas clave: ¿los avances culturales de Egipto antiguo —como la escritura, la cerámica y la domesticación— surgieron de forma independiente o fueron impulsados por migraciones humanas?
El hallazgo se centra en un individuo enterrado en Nuwayrat hace aproximadamente 4.500 años (2855–2570 a.C.), cuyo esqueleto se preservó dentro de un recipiente cerámico, un contexto poco común que favoreció la conservación genética.
El equipo liderado por especialistas del Francis Crick Institute y diversas universidades europeas aplicó técnicas de secuenciación de baja cobertura (~2×), junto con protocolos rigurosos de control de calidad y reducción de contaminación. Posteriormente, compararon el material genético con bases de datos de genomas antiguos y modernos de África del Norte, Levante, Anatolia y Mesopotamia.
Los análisis incluyeron PCA, ADMIXTURE y modelos estadísticos avanzados (qpAdm/qpWave), herramientas diseñadas para identificar patrones de mezcla poblacional a partir de cientos de miles de marcadores genéticos (SNPs).
El resultado más significativo fue que el individuo —denominado NUE001— presentaba una composición genética mixta:
En términos sencillos, este genoma refleja una mayoría de ascendencia norteafricana, con un aporte sustancial de poblaciones mesopotámicas. Esta evidencia genética se alinea con la hipótesis de que las rutas de intercambio entre Egipto y el Creciente Fértil no se limitaron a objetos o ideas, sino que también involucraron a personas.
Los haplogrupos mitocondriales y del cromosoma Y coinciden con linajes aún presentes en África del Norte y Asia Occidental, mientras que no se hallaron señales de consanguinidad reciente. En paralelo, estudios morfológicos de rasgos dentales y craneométricos respaldan esta lectura genética.
Aunque se trata de un único individuo, este hallazgo marca un hito: es el primer genoma completo del Antiguo Reino, ofreciendo evidencia directa de contactos demográficos tempranos. El hecho de que incluso en una fase tan temprana ya existiera una firma mesopotámica sugiere que la historia poblacional de Egipto fue dinámica y estuvo profundamente conectada con su entorno geográfico.
Esto no solo cuestiona visiones de Egipto como una civilización aislada, sino que además proporciona una narrativa científica capaz de contrarrestar interpretaciones nacionalistas rígidas sobre identidad y origen.
Los autores subrayan que este avance debe motivar proyectos de paleogenómica a gran escala en Egipto, con protocolos éticos sólidos y colaboración internacional. Entre las aplicaciones prácticas se incluyen:
A nivel global, la investigación también conecta con desafíos similares en regiones tropicales y andinas de Latinoamérica, donde la preservación del ADN es complicada pero crucial para comprender procesos de migración y contacto cultural.
El estudio publicado en Nature no solo ofrece un retrato genético único del Antiguo Reino, sino que también demuestra cómo la ciencia moderna puede iluminar las raíces compartidas de las civilizaciones antiguas. Con más muestreos y un enfoque interdisciplinario, Egipto podría convertirse en un laboratorio clave para entender los orígenes y conexiones de la humanidad en África y más allá.
Este hallazgo invita a la comunidad científica y al público general a seguir de cerca los avances en paleogenómica, un campo que promete cambiar la manera en que entendemos la historia humana.
Temas relacionados
HistoriaReferencia: Morez Jacobs, A., Irish, J. D., Cooke, A., Anastasiadou, K., Girdland-Flink, L., Skoglund, P., et al. (2025). Whole-genome ancestry of an Old Kingdom Egyptian. Nature, 644. https://doi.org/10.1038/s41586-025-09195-5