Restaurando los bosques andinos del Perú: sostenibilidad hídrica y socioeconómica


Río Pintoresco
Río Pintoresco
David Yonatan Gonzalez Aburto

En el corazón de los majestuosos Andes peruanos, un ambicioso proyecto de restauración de bosques nativos está tomando forma. La lucha contra la deforestación y la degradación de estos ecosistemas milenarios no solo es crucial para la biodiversidad, sino también para asegurar el sustento de comunidades rurales que dependen de los servicios que estos bosques proveen, especialmente en lo que respecta al agua. Recientes investigaciones han puesto de manifiesto que, si bien los factores ecológicos para una restauración exitosa son conocidos, los elementos socioeconómicos y de gobernanza son piezas clave aún poco exploradas.

La investigación se llevó a cabo a través de 75 entrevistas semiestructuradas realizadas en 11 sitios de restauración en Perú, involucrando a una diversidad de actores: comunidades locales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y funcionarios gubernamentales. Este enfoque de múltiples partes interesadas permitió entender, de forma integral, las motivaciones, preferencias y barreras que se presentan en la restauración de los bosques andinos, un proceso que combina ciencia, tradición y políticas públicas.

Uno de los hallazgos más reveladores es que la mejora de los recursos hídricos emerge como la principal motivación para impulsar la restauración. Tanto las comunidades locales como las ONG (70% y 67% respectivamente) centran sus esfuerzos en recuperar y potenciar el suministro de agua, elemento vital para la agricultura y la subsistencia diaria. Esta “vía de motivación hídrica” se apoya en la antigua tradición andina de “sembrar y cosechar agua”, que integra la reforestación con especies nativas—como el emblemático Polylepis y la resistente Stipa Icchu—con la conservación de humedales y técnicas de captación de niebla.

Si bien la provisión de agua es el primer y más urgente de los beneficios, la restauración de estos bosques se valora también por otros servicios ecosistémicos. Las comunidades destacan la importancia de contar con leña y otros recursos provisionales, mientras que actores del gobierno y las ONG ponen énfasis en la regulación climática y la retención hídrica. En este contexto, la restauración de los bosques andinos se convierte en un proyecto multifacético: no se trata únicamente de plantar árboles, sino de tejer una red de beneficios que se extienda desde la mejora de la productividad agrícola hasta la generación de oportunidades económicas a largo plazo.

La investigación identifica tres tipologías fundamentales en la manera de involucrar y compensar a las comunidades locales:

  1. Modelo de Pago: Basado en incentivos económicos directos, en el que se remunera a las familias por participar en la plantación y el mantenimiento de los bosques. Aunque eficaz para iniciar el proyecto, este modelo corre el riesgo de generar una dependencia de los ingresos inmediatos, lo que puede limitar el compromiso a largo plazo.
  2. Modelo de Capacidad: En este enfoque, el énfasis se pone en el desarrollo de habilidades, la infraestructura (como sistemas de riego) y la educación ambiental. Proyectos que han adoptado este modelo han logrado impactos duraderos—algunos se mantienen vigentes más de una década—gracias al empoderamiento y fortalecimiento de las comunidades.
  3. Modelo Mixto: Combina incentivos económicos con estrategias de desarrollo comunitario y la generación de beneficios duraderos, tales como el turismo sostenible o la participación en mercados de servicios ecosistémicos. Esta opción parece ofrecer el mejor equilibrio entre beneficios inmediatos y sostenibilidad a largo plazo.

El éxito percibido de la restauración en los 11 sitios estudiados es notable, alcanzando puntuaciones de hasta 3 sobre 3. Sin embargo, detrás de estos resultados se esconden diversos factores facilitadores y limitantes:

  1. Facilitadores Sociales e Institucionales: La participación activa de las comunidades es fundamental. Talleres, faenas colectivas y rituales tradicionales—como rendir homenaje a la Pachamama—fortalecen el compromiso local. Además, las alianzas estratégicas entre comunidades, ONG, gobierno y, en algunos casos, el sector privado, han demostrado ser cruciales para superar obstáculos.
  2. Retos y Limitaciones: Por otro lado, se han identificado barreras como incendios no controlados, la falta de educación ambiental y el temor a la concentración de tierras. Desde el ámbito institucional, la rotación frecuente de líderes y la discontinuidad en políticas gubernamentales generan incertidumbre. También, desde una perspectiva biofísica, el lento crecimiento de especies nativas y la invasión del ganado representan desafíos significativos.

El enfoque de restauración no se limita a la reforestación con especies nativas, aunque esta opción es la preferida por el 59% de los entrevistados, especialmente en zonas cercanas a fuentes de agua. La agroforestería y los sistemas silvopastoriles también ganan terreno por su capacidad para generar ingresos y beneficios agrícolas. Además, se reconoce la necesidad de restaurar ecosistemas no forestales, como los pastizales de la puna y los humedales, que desempeñan un papel clave en la regulación hídrica y el almacenamiento de carbono.

Es interesante destacar que, mientras muchos actores se muestran en contra del uso de especies exóticas—como el eucalipto y el pino—por su potencial para agotar recursos hídricos, en ciertos contextos algunos actores ven en estas especies una fuente alternativa de leña, lo que subraya la complejidad y diversidad de necesidades en la región.

La restauración de los bosques andinos no solo tiene implicaciones ecológicas, sino también socioeconómicas. Los impactos positivos son palpables: alrededor del 60% de las comunidades han recibido pagos directos, y un 77% ha informado beneficios indirectos, que van desde el impulso al turismo hasta la valorización de artesanías locales. Además, casi todas las comunidades participantes han destacado la importancia de los talleres de capacitación en el manejo agrícola y la prevención de incendios.

Sin embargo, no todo es positivo. Algunos sectores han señalado conflictos por el uso de tierras—entre la restauración y actividades como el pastoreo o la agricultura—y existe el riesgo de que, una vez que finalice el financiamiento externo, se pierda el impulso y la continuidad de los proyectos.

La síntesis de estos hallazgos revela la necesidad de adoptar un enfoque holístico en la restauración de los bosques andinos. Se recomienda:

  1. Integrar Objetivos Globales y Prioridades Locales: Vincular estrategias de restauración enfocadas en la captura de carbono con la necesidad primordial de garantizar un suministro de agua adecuado para las comunidades.
  2. Enfoque Paisajístico: Combinar diferentes intervenciones—reforestación, agroforestería, restauración de pastizales y recuperación de humedales—para maximizar la provisión de servicios ecosistémicos a gran escala.
  3. Participación Comunitaria Activa: Diseñar, implementar y monitorear los proyectos con la participación efectiva de las comunidades, respetando sus conocimientos tradicionales y necesidades específicas.
  4. Gobernanza Policéntrica: Fortalecer la coordinación entre actores locales, nacionales e internacionales, asegurando una continuidad en las políticas y en el financiamiento que respalde los proyectos a largo plazo.

El ambicioso esfuerzo por restaurar los bosques andinos en Perú representa un modelo de intervención que trasciende la mera plantación de árboles. Se trata de un proceso que integra dimensiones ecológicas, socioeconómicas e institucionales para generar beneficios duraderos, tanto para la biodiversidad como para las comunidades locales. Al priorizar la mejora de los recursos hídricos y adoptar modelos de gobernanza que combinen incentivos económicos y desarrollo de capacidades, estos proyectos marcan el camino hacia una gestión ambiental sostenible en una región rica en diversidad pero vulnerable ante el cambio climático y la presión humana.

La restauración de los bosques andinos es, sin duda, un desafío complejo que exige la colaboración de múltiples actores y la integración de saberes tradicionales con innovaciones tecnológicas. Este enfoque integral no solo preserva un patrimonio natural invaluable, sino que también sienta las bases para un futuro en el que el agua, la vida y la cultura de los Andes se fortalezcan mutuamente. En un mundo cada vez más afectado por la crisis climática, proyectos como estos son faros de esperanza y un llamado a actuar de manera conjunta y sostenida.


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Biodiversidad

Referencia: Christmann, T., Cjuno-Turpo, I., López-Aranda, M., Wilson, S. J., Cuni-Sanchez, A., Malhi, Y., Ramirez, A., Rondán, V., Medina Castro, F., Mamani, M., Recharte, J., Arenas, M., Aucca Chutas, C., Carrión Moreno, O. A., Gonzalez Cabello, F. B., & Oliveras Menor, I. (2025). ‘Sowing and harvesting water’: Revisiting forest restoration in the Peruvian Andes through a multi‐stakeholder analysis. People and Nature (Hoboken, N.J.). https://doi.org/10.1002/pan3.10787

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