El “reloj” del plástico: cómo medir y frenar su impacto en la salud humana
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Redacción HC
La contaminación por plásticos no solo es un problema ambiental: también es una amenaza creciente para la salud pública. Un nuevo informe, publicado en The Lancet bajo el nombre The Lancet Countdown on Health and Plastics, reúne décadas de evidencia científica para evaluar cómo la producción, el uso y la gestión de residuos plásticos afectan la salud humana en todo el mundo.
Este trabajo, liderado por Philip J. Landrigan y un amplio consorcio internacional, propone un sistema de indicadores que permita medir año tras año la magnitud del problema y guiar políticas efectivas. Sus conclusiones son claras: los plásticos están presentes en cada etapa de nuestra vida y en cada rincón del planeta, y sus riesgos sanitarios han sido subestimados.
Un problema global que comienza en la producción
La producción de plásticos depende en gran medida de la extracción de combustibles fósiles. En esta etapa se liberan contaminantes atmosféricos y químicos que afectan la salud respiratoria y cardiovascular, especialmente en comunidades cercanas a plantas petroquímicas y en trabajadores de la industria.
Los investigadores advierten que la polimerización y el procesamiento de plásticos liberan compuestos que pueden provocar enfermedades crónicas y agravar condiciones existentes. Además, estas emisiones contribuyen al cambio climático, lo que amplifica sus efectos indirectos sobre la salud.
Químicos invisibles, riesgos evidentes
El informe subraya que la mayoría de los aditivos plásticos no cuenta con pruebas de seguridad robustas. Sustancias como los ftalatos, los bisfenoles y algunos retardantes de llama están vinculadas a alteraciones hormonales, problemas reproductivos y efectos neurodesarrollistas.
“La gran mayoría de las sustancias presentes en los plásticos no han sido evaluadas adecuadamente para su seguridad humana”, señala el documento, una frase que sintetiza la magnitud del vacío regulatorio. Esto implica que millones de personas están expuestas a compuestos potencialmente peligrosos a través de envases, utensilios, textiles y objetos de uso diario.
Micro y nanoplásticos: partículas en todas partes
El estudio documenta la presencia de micro y nanoplásticos en alimentos, agua potable y aire. Aunque aún no existe consenso sobre la dosis exacta que representa un riesgo, la evidencia emergente muestra que estas partículas pueden penetrar en tejidos humanos, generar inflamación y liberar químicos tóxicos.
Las limitaciones actuales de detección y la ausencia de estudios a largo plazo dificultan cuantificar el riesgo real. Sin embargo, la tendencia es clara: la exposición es continua y universal.
Costes sanitarios y económicos
Los autores estiman que la exposición a plásticos está relacionada con enfermedades respiratorias, efectos en el desarrollo infantil, problemas reproductivos y otras afecciones crónicas. Estos impactos se traducen en costes sanitarios y pérdidas de productividad de gran magnitud, que actualmente no están reflejados en los modelos económicos convencionales.
Comparado con evaluaciones anteriores, el nuevo enfoque tipo Countdown permite relacionar cambios en la producción y gestión de plásticos con variaciones en indicadores sanitarios, ofreciendo una herramienta valiosa para la formulación de políticas públicas.
Hacia políticas más firmes y justas
El Lancet Countdown propone actuar en todo el ciclo de vida del plástico:
- Reducir la producción total, no solo mejorar la gestión de residuos.
- Prohibir o restringir aditivos peligrosos.
- Sustituir materiales por alternativas seguras.
- Incluir la salud humana en las negociaciones del Tratado Global sobre Plásticos.
- Fortalecer la evaluación toxicológica de sustancias y la fiscalización industrial.
El informe también enfatiza la necesidad de justicia ambiental: las comunidades más pobres y cercanas a fuentes de contaminación son las que sufren mayores daños. Esto exige medidas de protección laboral, compensaciones y planes de reducción prioritaria en zonas vulnerables.
Un “contador” que urge poner en marcha
La propuesta de un sistema global de monitoreo —similar al Lancet Countdown on Climate Change— busca visibilizar los impactos sanitarios de los plásticos y mantener la presión para que gobiernos, empresas y sociedad civil actúen.
La evidencia ya es contundente: los plásticos afectan la salud en múltiples niveles, y su producción y uso masivo no pueden seguir creciendo sin consecuencias. La combinación de regulación firme, innovación en materiales y educación pública será clave para frenar esta amenaza invisible pero omnipresente.
Llamado a la acción: la salud humana debe ocupar un lugar central en el debate sobre plásticos. El tiempo para actuar es ahora, antes de que el contador marque un punto de no retorno.
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ContaminaciónReferencia: Landrigan, P. J., Dunlop, S., Treskova, M., Raps, H., Symeonides, C., Muncke, J., Spring, M., Stegeman, J., Almroth, B. C., et al. (2025). The Lancet Countdown on health and plastics. The Lancet. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(25)01447-3



