Ingenieros del mar prehistórico: evidencia de navegación avanzada en Wallacea hace 40.000 años


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Hans Splinter

Redacción HC

Durante décadas, la narrativa dominante sobre los orígenes de la navegación avanzada señalaba a África y Europa como sus principales cunas. Sin embargo, nuevas evidencias arqueológicas en el sudeste asiático insular (ISEA) están desafiando esa visión. Un estudio reciente de Riczar Fuentes y Alfred Pawlik, publicado en Journal of Archaeological Science: Reports, revela que los primeros habitantes de Wallacea —una región que incluye Filipinas y Timor-Leste— ya dominaban tecnologías marítimas complejas hace más de 40.000 años.

Un desafío a la historia oficial de la navegación

A diferencia de otras regiones del mundo, muchas islas de ISEA nunca estuvieron unidas al continente por puentes terrestres o capas de hielo. Esto plantea una pregunta clave: ¿cómo cruzaron estos pueblos extensas distancias marítimas sin las herramientas y embarcaciones modernas?

El equipo de Fuentes y Pawlik se propuso investigar si existían tecnologías avanzadas de construcción de embarcaciones y pesca en mar abierto durante el Pleistoceno tardío. El objetivo: replantear el papel de estas comunidades insulares en la historia tecnológica global.

Metodología: arqueología y experimentación

El estudio se basó en análisis microscópicos de herramientas de piedra halladas en sitios clave como Mindoro (Filipinas) y enclaves costeros de Timor-Leste. Estas herramientas mostraron residuos vegetales indicativos del procesamiento de fibras, posiblemente usadas para cuerdas, redes o ataduras esenciales en la navegación y la pesca.

Además, el hallazgo de restos de peces pelágicos de gran tamaño —como atunes y tiburones— junto a artefactos de pesca (anzuelos, gorges y pesos para redes) refuerza la hipótesis de una explotación planificada de aguas profundas. Esto sugiere que los habitantes no solo se aventuraban mar adentro, sino que comprendían los patrones migratorios y de comportamiento de especies marinas.

En paralelo, los investigadores impulsaron el proyecto FLOW (First Long-Distance Open-Sea Watercrafts), un esfuerzo interdisciplinario que recrea embarcaciones a escala utilizando materiales y técnicas plausibles para la época, con el apoyo de arquitectos navales de la Universidad de Cebu.

Hallazgos: más que simples balsas

Las evidencias reunidas por el estudio apuntan a una conclusión clara: estos pueblos no eran marineros ocasionales ni dependían de embarcaciones improvisadas.

  • Tecnología vegetal avanzada: Las fibras procesadas podrían haber sido componentes críticos para ensamblar embarcaciones resistentes y adaptadas a travesías largas.
  • Pesca estratégica: La captura de especies pelágicas indica conocimiento ecológico marino y una logística de pesca organizada.
  • Ingeniería naval primitiva pero sofisticada: Lejos de la imagen de balsas rudimentarias, las embarcaciones inferidas probablemente integraban materiales compuestos y diseños optimizados para la estabilidad en mar abierto.
  • Validación experimental: El proyecto FLOW, aún en curso, busca comprobar la navegabilidad de los modelos reconstruidos, lo que podría consolidar la hipótesis de una tradición marítima prehistórica avanzada.

Estos hallazgos no solo amplían la cronología de la innovación náutica, sino que reposicionan a ISEA como un centro temprano de desarrollo marítimo, comparable —y quizás previo— a otras tradiciones oceánicas famosas, como la polinesia.

Implicaciones culturales y científicas

Más allá de la arqueología, el trabajo de Fuentes y Pawlik tiene relevancia contemporánea:

  • Revalorización histórica: Sitúa a las comunidades de ISEA como protagonistas en la evolución tecnológica global, otorgando nuevo reconocimiento a su legado cultural.
  • Oportunidades educativas y turísticas: La narrativa de marineros prehistóricos altamente ingeniosos puede inspirar proyectos museísticos, documentales y rutas de turismo cultural.
  • Rescate de saberes tradicionales: Las técnicas antiguas de procesar fibras y ensamblar embarcaciones podrían tener continuidad en prácticas indígenas actuales, y su documentación ayudaría a preservarlas.
  • Aplicaciones pedagógicas: El enfoque experimental del proyecto FLOW abre posibilidades para enseñar arqueología, ingeniería y ciencias marinas de forma integrada.

Los autores recomiendan continuar con proyectos de reconstrucción experimental, fortalecer las investigaciones arqueobotánicas en áreas costeras y fomentar redes de colaboración entre universidades, museos y comunidades locales.

Reescribiendo la historia del mar

La investigación sobre la navegación en la Wallacea pleistocénica nos invita a abandonar la idea de que las aguas abiertas fueron barreras infranqueables para los primeros humanos. Por el contrario, estas comunidades demostraron planificación, conocimiento técnico y dominio del medio marino, anticipándose por milenios a las grandes tradiciones náuticas conocidas.

En palabras simples: no eran náufragos a la deriva, eran ingenieros del mar. Y su historia apenas comienza a contarse.


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Historia

Referencia: Fuentes, R., & Pawlik, A. (2025). Testing the waters: Plant working and seafaring in Pleistocene Wallacea. Journal of Archaeological Science: Reports, 62, 105020. https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2025.105020

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