La naturaleza como motor de bienestar profundo: más allá de la felicidad inmediata


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Fernando Paleta

Redacción HC

En un mundo cada vez más urbano, donde el contacto con la naturaleza suele ser limitado, un grupo de investigadores de la Universidad de Turku (Finlandia) ha puesto sobre la mesa una pregunta crucial: ¿de qué manera los espacios verdes urbanos contribuyen no solo a nuestro bienestar inmediato, sino también a un sentido más profundo de propósito, conexión y realización personal?

Un reciente estudio publicado en People and Nature (Järekari et al., 2025) aborda esta cuestión desde la perspectiva del bienestar eudaimónico, un concepto que va más allá del placer o la ausencia de malestar. La eudaimonia se centra en la autenticidad, el crecimiento personal, la autonomía, las relaciones y el propósito vital. Los hallazgos sugieren que la naturaleza urbana no solo es un refugio estético, sino también un espacio clave para construir sentido y fortalecer la cohesión social.

Bienestar eudaimónico y la naturaleza: un vacío en la investigación

Hasta ahora, gran parte de la literatura científica había analizado la relación entre naturaleza y bienestar bajo una óptica reducida: los beneficios hedónicos (placer, relajación, reducción del estrés). Sin embargo, el equipo de Turku planteó que los espacios verdes también son escenarios donde se cultiva el bienestar duradero, ligado a la realización personal y social.

El estudio buscó responder cómo los servicios ecosistémicos culturales (SEC) —beneficios no materiales que obtenemos de los entornos naturales— se vinculan con las seis dimensiones de la eudaimonia propuestas por Carol Ryff: autoaceptación, propósito vital, crecimiento personal, relaciones positivas, autonomía y dominio del entorno.

Cómo se investigó: mapas y narrativas

El diseño metodológico fue innovador y combinó herramientas cuantitativas y cualitativas. Primero, mediante una encuesta geoespacial (PPGIS), jóvenes de 15 a 24 años y adultos mayores de 60 identificaron lugares urbanos que frecuentan y los valores que les atribuyen. Después, se recogieron narrativas a través de ejercicios de escritura creativa, donde los participantes describieron sus experiencias en la naturaleza.

Este enfoque reveló tanto patrones espaciales como historias personales. Mientras los mapas mostraron las diferencias en los sitios preferidos por cada grupo, las narrativas permitieron comprender cómo los espacios naturales son percibidos como escenarios de autenticidad, propósito y continuidad.

Hallazgos: un espejo para conocerse y conectar con otros

Los resultados fueron claros: tanto jóvenes como mayores encuentran en la naturaleza urbana un espacio que alimenta su bienestar eudaimónico. Sin embargo, cada grupo lo hace de manera distinta.

  • Jóvenes: tienden a valorar espacios abiertos con menor densidad de árboles, pero con alto potencial de sociabilidad. Allí encuentran amistades, identidad y sentido compartido.
  • Mayores: priorizan áreas con vegetación abundante y sensación de permanencia, lo que les transmite continuidad, seguridad y reflexión sobre la vida.

Más allá de estas diferencias, ambos grupos coincidieron en que la naturaleza les permite reconectar con valores personales profundos, encontrar propósito, crecer interiormente y fortalecer lazos sociales.

Un aspecto especialmente relevante es la influencia de la crisis ecológica. La conciencia de la pérdida de biodiversidad o degradación de espacios genera emociones negativas que pueden erosionar esos beneficios, recordándonos que el bienestar humano y la salud de los ecosistemas están íntimamente ligados.

Implicaciones para la planificación urbana y la sociedad

  1. Más allá de la cantidad: no basta con medir metros cuadrados de áreas verdes, se necesita considerar la calidad de las experiencias que ofrecen.
  2. Diseño inclusivo: los espacios deben ser heterogéneos y accesibles, desde parques íntimos hasta corredores verdes o humedales urbanos, adaptados a diferentes edades.
  3. Indicadores innovadores: integrar métricas de bienestar eudaimónico en la evaluación de los servicios ecosistémicos culturales.
  4. Participación ciudadana: usar herramientas como PPGIS para identificar y proteger sitios con alto valor simbólico y emocional.
  5. Campañas sociales: fomentar el uso de la naturaleza como un espacio de reflexión y encuentro intergeneracional.

El mensaje central es que la naturaleza urbana no solo es un recurso estético o un “pulmón verde”, sino un espacio vital para el florecimiento humano.

La naturaleza como aliada en la búsqueda de sentido

La investigación de Järekari y colegas ofrece una perspectiva renovada sobre cómo concebimos el bienestar en las ciudades. Frente a una visión reducida que se centra en la felicidad inmediata, este trabajo demuestra que la naturaleza también nos ayuda a cultivar propósito, relaciones significativas y continuidad en un mundo cambiante.

De cara al futuro, los autores sugieren extender este tipo de estudios a regiones con mayores desigualdades urbanas, como América Latina, donde plazas, riberas o pequeños bosques urbanos podrían desempeñar funciones similares, aunque atravesadas por factores culturales y sociales distintos.

La invitación es clara: proteger y rediseñar los espacios verdes urbanos no solo como lugares de recreación, sino como escenarios de construcción de sentido y cohesión social.


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Salud

Referencia: Järekari, J., Fagerholm, N., Eilola, S., & Arki, V. (2025). Nature facilitates eudaimonic well-being through promoting connection with self and others. People and Nature. https://doi.org/10.1002/pan3.70104

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