Plantar árboles no basta: estudio revela límites de la forestación como compensación del petróleo


Cherepovets
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Антон Хаткевич

Redacción HC

En los últimos años, gobiernos y empresas han promovido la idea de plantar árboles como una solución para “neutralizar” las emisiones de CO₂ derivadas del uso de combustibles fósiles. Esta narrativa ha ganado espacio en discursos corporativos y políticas públicas, presentándose como alternativa a la reducción efectiva de la extracción y consumo de petróleo, gas y carbón.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en Communications Earth & Environment (Naef et al., 2025) plantea una conclusión contundente: la compensación mediante forestación es inviable, tanto por los costos financieros como por la superficie de tierra que requeriría.

¿Se puede “pagar” la deuda climática con árboles?

Los investigadores, liderados por Alain Naef (ESSEC Business School) y colaboradores, analizaron las reservas de las 200 principales compañías de combustibles fósiles. Según el estudio, estas suman alrededor de 182 gigatoneladas de carbono, equivalentes a 673 gigatoneladas de CO₂.

Para compensar esta cantidad con proyectos de forestación sería necesario reforestar un área similar a la de toda Norteamérica más Centroamérica juntas. Tal escala implicaría desplazar comunidades, transformar ecosistemas y sacrificar tierras agrícolas. En palabras simples: el planeta no cuenta con suficiente espacio disponible sin generar daños sociales y ambientales irreparables.

El costo económico: un muro infranqueable

El análisis económico es igualmente desalentador. A precios de 150 dólares por tonelada de CO₂, la mayoría de las compañías analizadas tendrían un valor neto negativo: su “pasivo climático” superaría la capitalización de mercado actual.

El estudio señala que, usando como referencia el “costo social del carbono” —estimado en unos 190 dólares por tonelada—, las externalidades asociadas a estas reservas superan ampliamente su valor económico.

En términos globales, el gasto requerido para una compensación forestal total se situaría en torno a 10,8 billones de dólares, mientras que tecnologías como la captura directa de aire proyectan cifras aún mayores, cercanas a 673 billones de dólares. Aunque estas cifras varían según supuestos, el orden de magnitud muestra que la estrategia es financieramente insostenible.

Los límites físicos y sociales de la forestación

Más allá de lo económico, los autores subrayan un problema de fondo: el carbono almacenado en los árboles no es permanente. Incendios, sequías o plagas pueden liberar nuevamente a la atmósfera el CO₂ previamente capturado.

Además, la expansión masiva de plantaciones forestales afectaría la seguridad alimentaria y la biodiversidad, al competir con tierras agrícolas y hábitats naturales. En regiones tropicales, como la Amazonía, la presión recaería sobre territorios indígenas y áreas protegidas, generando conflictos socioambientales.

El estudio concluye que los árboles deben considerarse un complemento local para la acción climática, pero no una “bóveda inalterable” capaz de garantizar la neutralidad de las emisiones fósiles.

Implicaciones para las políticas públicas

El mensaje central de la investigación es claro: la solución pasa por reducir directamente la extracción y el consumo de combustibles fósiles. Entre las recomendaciones destacan:

  • Fortalecer regulaciones que limiten la explotación de reservas fósiles.
  • Aumentar impuestos y precios del carbono que reflejen su verdadero costo social.
  • Acelerar la transición energética hacia fuentes renovables.
  • Enfocar los esfuerzos de forestación en la protección y restauración de bosques existentes, bajo criterios de justicia social y conservación.

Como advierten los autores, confiar en compensaciones forestales como estrategia principal es una apuesta peligrosa que posterga la acción real contra el cambio climático.

Plantar árboles es fundamental para restaurar ecosistemas, mejorar la biodiversidad y apoyar comunidades locales. Pero no puede ser utilizado como excusa para seguir quemando petróleo, gas y carbón. El estudio de Naef y colegas ofrece un recordatorio urgente: la crisis climática solo puede resolverse atacando la raíz del problema, no maquillando sus consecuencias.

Los lectores, responsables políticos y líderes empresariales deben impulsar medidas de reducción directa de emisiones, apoyando la transición energética y defendiendo los bosques que aún nos quedan.


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Clima

Referencia: Naef, A., Friggens, N. L., Njeukam, P., et al. (2025). Carbon offsetting of fossil fuel emissions through afforestation is limited by financial viability and spatial requirements. Communications Earth & Environment. https://doi.org/10.1038/s43247-025-02394-y

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