La cuenca del Amazonas, uno de los ecosistemas más importantes del mundo, alberga vastos humedales que desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y la biodiversidad. Sin embargo, estos ecosistemas enfrentan riesgos significativos debido al cambio climático. Un estudio reciente utiliza un modelo climático avanzado, el Joint UK Land Environment Simulator (JULES), para analizar cómo el calentamiento global afectará a los humedales amazónicos hacia finales del siglo XXI. La investigación, basada en seis simulaciones de cambio climático, revela proyecciones preocupantes: se espera una disminución de hasta el 11% en el área inundada de la cuenca del Amazonas para la década de 2090, con importantes variaciones regionales.
Los humedales amazónicos no solo son reservorios de agua y refugios de biodiversidad, sino también esenciales reguladores del carbono atmosférico. Estos ecosistemas, que cubren aproximadamente el 9% de las tierras libres de hielo del planeta, almacenan grandes cantidades de carbono, ayudando a reducir la concentración de CO₂ en la atmósfera. También son una fuente de metano (CH₄), otro gas de efecto invernadero, debido a sus condiciones de anoxia (falta de oxígeno). Así, los humedales contribuyen tanto al almacenamiento de gases de efecto invernadero como a su emisión, siendo clave en el balance climático global.
El cambio climático modifica los patrones de precipitación y temperatura, afectando directamente a la hidrología de los humedales. El estudio señala que en la cuenca del Amazonas, los efectos del cambio climático se manifestarán de forma desigual. Regiones como el humedal occidental de Iquitos podrían experimentar reducciones en su superficie inundada de hasta un 53%, aunque algunas proyecciones muestran aumentos menores. Estas variaciones reflejan la influencia de factores como las temperaturas de la superficie del mar, que afectan la cantidad de precipitación en la región.
Las simulaciones indican que los humedales del centro y este de la cuenca, como los de Manaus, sufrirán una notable reducción en la duración de su temporada de inundaciones. En estas áreas, la temporada de humedales podría reducirse hasta en 10 meses, transformando significativamente el ciclo hidrológico y reduciendo los períodos de inundación que sustentan a la flora y fauna adaptadas a estos ecosistemas.
La representación de las inundaciones en los modelos climáticos sigue siendo un desafío debido a la variabilidad y complejidad de estos fenómenos. El estudio utiliza un enfoque innovador, integrando el modelo JULES con un esquema de inundación fluvial, lo que permite simular la dinámica de las inundaciones de forma más realista. Aun así, las proyecciones presentan un grado de incertidumbre considerable, ya que la magnitud y el patrón de precipitación futura en el Amazonas no se pueden predecir con total precisión.
De hecho, las simulaciones muestran escenarios opuestos en algunas regiones: mientras que algunos modelos anticipan una disminución en las precipitaciones y, por ende, en las inundaciones, otros sugieren un posible aumento de las lluvias en ciertas áreas, como el oeste de la cuenca. Esto subraya la complejidad de proyectar cambios en un sistema tan vasto y diverso como el Amazonas, donde los patrones climáticos varían significativamente de una región a otra.
Los cambios en la extensión y duración de las inundaciones en los humedales de la Amazonía tendrán implicaciones profundas para sus ecosistemas. Las poblaciones de peces, por ejemplo, dependen de los ciclos de inundación para acceder a áreas de alimentación y reproducción en los bosques inundados. La reducción de estos ciclos podría llevar a una disminución de las poblaciones de peces, afectando tanto a la biodiversidad local como a las comunidades que dependen de ellos como fuente de alimento.
Además, la disminución de las inundaciones afectará la capacidad de almacenamiento de carbono de estos ecosistemas. A medida que los humedales se secan, podrían liberar grandes cantidades de carbono acumulado en sus suelos y vegetación, intensificando el calentamiento global. También es probable que aumente el riesgo de incendios en las áreas secas, especialmente en el sur de la cuenca, lo que agravaría aún más la pérdida de carbono y la destrucción de hábitats.
Este estudio subraya la urgencia de adoptar medidas de mitigación del cambio climático para proteger a los humedales amazónicos. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para limitar los efectos del calentamiento global y preservar estos ecosistemas vitales. Además, se requiere una mejor gestión y conservación de los humedales a nivel regional para garantizar que puedan seguir cumpliendo su función ecológica y climática.
La Amazonía es un sistema interconectado, y su salud depende tanto de los esfuerzos locales como de las políticas globales. Proteger sus humedales no solo ayuda a conservar la biodiversidad y regular el clima global, sino que también asegura los medios de vida de las comunidades indígenas y locales, que han coexistido y dependido de estos ecosistemas durante generaciones.
El futuro de los humedales amazónicos es incierto, pero los modelos climáticos nos advierten de posibles impactos catastróficos si no se toman medidas urgentes. Los humedales de la Amazonía podrían enfrentar reducciones significativas en su área y estacionalidad de inundación, lo que tendría consecuencias graves para la biodiversidad, el almacenamiento de carbono y las comunidades locales. A medida que avanza el siglo, la magnitud de estos impactos dependerá en gran medida de las acciones que tomemos hoy para mitigar el cambio climático.
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Referencia: Gedney, N., Rudorff, C., & Betts, R. A. (2024). Future amazon basin wetland hydrology under projected climate change. PLOS Water, 3(9), e0000225. https://doi.org/10.1371/journal.pwat.0000225