¿Conflictos por agua en un mundo más cálido? Lo que la ciencia aún no sabe
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Redacción HC
En un planeta donde el acceso al agua es cada vez más incierto, ¿cuáles son las verdaderas causas de los conflictos hídricos? ¿Qué papel juega el cambio climático? Y sobre todo, ¿por qué América Latina —una región con alta vulnerabilidad hídrica— aparece tan poco en los estudios globales? Un reciente artículo publicado en la revista Ambio lanza una advertencia urgente: aún existen enormes vacíos en la comprensión científica sobre cómo interactúan el clima, la gobernanza, los medios de vida y las desigualdades sociales en torno al agua. Y estos vacíos pueden tener consecuencias críticas para la paz y el desarrollo sostenible.
El agua no inicia guerras, pero sí las agrava
Desde hace años, la idea de que las guerras del futuro serán por agua ha ganado tracción en medios y discursos políticos. Sin embargo, el estudio titulado Water conflicts under climate change: Research gaps and priorities, liderado por Elisie Kåresdotter y colegas, matiza este enfoque. En lugar de provocar conflictos por sí mismo, el cambio climático actúa como un “multiplicador de amenazas” que agrava tensiones preexistentes, especialmente en regiones con manejo inadecuado o gobernanza débil de los recursos hídricos.
“Comprender cómo interactúan el cambio climático, la desigualdad, la política y los medios de vida es esencial para evitar que el agua se convierta en chispa de conflicto.”
Una revisión sistemática para encontrar lo que falta
El equipo investigador llevó a cabo una scoping review, una metodología de revisión que permite explorar el panorama completo de un campo científico. Para ello, utilizaron herramientas de minería de texto semiautomática, lo que les permitió analizar miles de publicaciones científicas hasta 2023. Clasificaron los estudios según su escala (local o transfronteriza), sector (agrícola, urbano, energético), y región geográfica, además de identificar factores sociales e institucionales clave.
Sin embargo, el proceso también mostró limitaciones: existe un fuerte sesgo hacia publicaciones en inglés, una concentración geográfica marcada en Asia y África, y escasa aplicación de metodologías mixtas o metaanálisis estadísticos que permitan comparar resultados de forma sistemática.
América Latina: una región invisible en la literatura científica
Una de las conclusiones más alarmantes del estudio es la casi total ausencia de investigaciones centradas en América Latina y Norteamérica, a pesar de que ambas regiones enfrentan crecientes riesgos hídricos debido al cambio climático, la deforestación y el crecimiento urbano desordenado.
Mientras Asia aparece en la literatura por su vulnerabilidad agrícola y África por conflictos entre pastores y agricultores, cuencas estratégicas como la amazónica o las zonas altoandinas siguen prácticamente inexploradas desde una perspectiva climática y de conflicto.
“¿Por qué sabemos tanto de África y tan poco de América Latina cuando hablamos de agua y cambio climático?”
Lo que no se estudia, no se gestiona
Más allá de la geografía, también existen brechas temáticas preocupantes. La mayoría de estudios analizan conflictos ya detonados, pero pocos exploran mecanismos de cooperación o de prevención. Además, temas clave como el género, los derechos indígenas o la gobernanza comunitaria del agua están notablemente subrepresentados.
En palabras del artículo, urge “replantear la narrativa”, pasando del enfoque simplista de “guerras por el agua” a una visión más sistémica que considere interacciones entre clima, política, economía y cultura. Esta aproximación permitiría no solo anticipar conflictos, sino también diseñar respuestas efectivas y sostenibles.
Implicancias urgentes para la política y la ciencia
El estudio aporta recomendaciones claras para distintos sectores:
Para los formuladores de políticas:
- Invertir en investigación aplicada en regiones desatendidas como América Latina.
- Fortalecer gobernanza transfronteriza, particularmente en cuencas compartidas.
- Incorporar a actores locales e indígenas en los procesos de toma de decisiones.
Para la comunidad científica:
- Adoptar metodologías interdisciplinarias, combinando datos cuantitativos con análisis institucional y etnográfico.
- Estudiar conflictos no violentos, como disputas por racionamiento, bloqueos administrativos o protestas sociales.
- Visibilizar formas de cooperación hídrica como parte de la solución.
Para organizaciones de la sociedad civil:
- Usar estos hallazgos para abogar por justicia hídrica, especialmente en comunidades vulnerables.
- Promover plataformas de intercambio de conocimiento entre territorios, investigadores y actores sociales.
Un llamado a investigar donde más duele
El agua define vidas, territorios y economías. Pero también puede marcar la diferencia entre paz y conflicto. Este estudio nos recuerda que la ausencia de conocimiento puede ser tan peligrosa como la ausencia de agua. Mientras sigamos investigando solo donde ya hay información, corremos el riesgo de dejar sin voz a millones de personas en regiones invisibilizadas.
La ciencia debe mirar más allá de los “sospechosos habituales” y comenzar a investigar donde más duele. Solo así el agua podrá dejar de ser una fuente de riesgo para convertirse en base de cooperación, desarrollo y justicia.
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Clima BiodiversidadReferencia: Kåresdotter, E., Destouni, G., Lammers, R. B., Keskinen, M., Pan, H., & Kalantari, Z. (2025). Water conflicts under climate change: Research gaps and priorities. Ambio, 54(4), 618–631. https://doi.org/10.1007/s13280-024-02111-7



