La edad de los bosques: una variable clave en el balance global de carbono


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Árboles verdes
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Redacción HC

La relación entre la edad de los bosques y su papel como sumideros o emisores de carbono está cobrando creciente relevancia en el debate climático. Un reciente estudio publicado en Nature Ecology & Evolution (Besnard et al., 2025) aporta una mirada global sobre cómo las transiciones de edad forestal —desde la regeneración de bosques jóvenes hasta el envejecimiento de masas maduras— condicionan el balance neto de CO₂ en la biosfera terrestre.

Los hallazgos refuerzan una idea crucial: no basta con contabilizar cuánta superficie forestal existe, sino que es fundamental comprender qué tipo de bosque es, qué edad tiene y cómo está cambiando.

Bosques: depósitos vivos de carbono

Los bosques actúan como reguladores climáticos naturales. Sin embargo, su rol depende de la etapa de desarrollo en la que se encuentren. Los bosques jóvenes capturan carbono rápidamente gracias a su intenso crecimiento, mientras que los bosques maduros y viejos almacenan grandes reservas de carbono acumuladas durante décadas o siglos.

El problema surge cuando disturbios como incendios, sequías o la tala indiscriminada reemplazan grandes extensiones de bosques antiguos por masas jóvenes. Aunque estas últimas crezcan rápido, el costo inicial de liberar enormes reservas de carbono puede convertir a la región en una fuente neta de emisiones.

Cómo se estudió la dinámica de edad forestal

El equipo liderado por Simon Besnard y colegas del GFZ Helmholtz Centre for Geosciences y el Max Planck Institute for Biogeochemistry integró múltiples bases de datos globales:

  • Mapas de edad forestal (GAMI v2.0)
  • Mapas de biomasa aérea (ESA-CCI v4)
  • Estimaciones de flujos atmosféricos de CO₂

A través de análisis estadísticos y ensambles de incertidumbre, evaluaron la covariación entre las transiciones de edad y el balance neto de carbono en distintas regiones del planeta. También proyectaron escenarios hasta 2050 para explorar cómo políticas de conservación o la continuidad de tendencias actuales (business-as-usual) afectarían los sumideros de carbono.

Hallazgos clave: contrastes regionales

El estudio encontró patrones claros pero contrastantes:

  • Bosques jóvenes en expansión: donde aumentó la proporción de masas jóvenes, se registraron incrementos de captura de carbono en el corto plazo.
  • Pérdida de bosques viejos: en regiones con reemplazo acelerado de bosques maduros, la pérdida de stock superó la capacidad de recaptura, generando emisiones netas.
  • Envejecimiento sin reemplazo: zonas dominadas por masas que envejecen mostraron sumideros debilitados debido a la saturación en la acumulación de biomasa.

En suma, el balance entre “capital almacenado” (bosques viejos) y “flujo de ingresos” (bosques jóvenes) determina si un paisaje actúa como sumidero o como fuente de carbono.

Implicaciones para políticas y conservación

El mensaje central es claro: no todas las ganancias en superficie forestal equivalen a ganancias climáticas. La calidad y edad del bosque importan tanto como la cantidad.

Los autores sugieren estrategias diferenciadas:

  • Conservar bosques viejos en regiones donde constituyen depósitos críticos de carbono.
  • Fomentar la regeneración natural en paisajes degradados, asegurando protección a largo plazo.
  • Integrar la dinámica de edad en reportes climáticos y mercados de carbono, más allá de simples métricas de cobertura.

En escenarios proyectados a 2050, los bosques protegidos y gestionados con regeneración planificada muestran un potencial mayor de acumulación de carbono frente a escenarios de manejo sin control.

Relevancia para América Latina

En la Amazonía, la regeneración secundaria ofrece un enorme potencial de captura de carbono. Sin embargo, la pérdida continua de bosques antiguos amenaza con transformar a la región en fuente neta de emisiones. Este hallazgo refuerza la necesidad de políticas que combinen conservación estricta con programas de restauración a gran escala.

El estudio de Besnard y colegas pone de relieve que la edad de los bosques es una variable crítica en la ecuación climática global. En un mundo que enfrenta crecientes disturbios ecológicos, la combinación de conservación de bosques antiguos y restauración planificada emerge como una estrategia clave para sostener el papel de los bosques como aliados frente al cambio climático.

La pregunta que queda es: ¿seremos capaces de gestionar este “capital natural” con la visión de largo plazo que requiere la estabilidad climática?


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Clima

Referencia: Besnard, S., Heinrich, V. H. A., Carvalhais, N., Ciais, P., Herold, M., Yang, H., et al. (2025). Global covariation of forest age transitions with the net carbon balance. Nature Ecology & Evolution. https://doi.org/10.1038/s41559-025-02821-5

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