En un hallazgo que podría redefinir nuestra comprensión de la evolución de los cuerpos celestes en el Sistema Solar, un equipo de científicos ha revelado la presencia de una variedad de sales en muestras del asteroide (101955) Bennu, traídas a la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la historia geológica del asteroide, sino que también sugiere que procesos similares podrían estar ocurriendo en otros cuerpos celestes, como Ceres y Encélado, donde se cree que existen salmueras subsuperficiales.
Las salmueras, soluciones acuosas con altas concentraciones de sales disueltas, son de gran interés para los científicos planetarios. En la Tierra, estas se forman comúnmente en cuencas cerradas donde la evaporación o congelación de agua concentra las sales. Sin embargo, su presencia en otros cuerpos celestes, como Marte, Ceres y Encélado, sugiere que podrían ser entornos propicios para la evolución de la vida o, al menos, para la preservación de compuestos orgánicos prebióticos.
En el caso de Bennu, un asteroide carbonáceo, las muestras recolectadas por la misión OSIRIS-REx han revelado una rica variedad de minerales formados por la evaporación de una salmuera en las primeras etapas de la historia de su cuerpo progenitor. Estos minerales incluyen fosfatos de sodio, carbonatos ricos en sodio, sulfatos, cloruros y fluoruros, todos ellos indicativos de un entorno acuoso pasado.
Las muestras de Bennu contienen una serie de fases minerales formadas por la precipitación de fluidos. Entre las más abundantes se encuentran los sulfuros, la magnetita y los carbonatos, que representan el 10%, 5% y 3% en volumen de las muestras, respectivamente. Sin embargo, lo más destacado es la presencia de sales ricas en sodio, como el carbonato de sodio (posiblemente hidratado), el sulfato de sodio y el fluoruro de sodio. Estas sales no solo son raras en los meteoritos, sino que también son altamente reactivas con la atmósfera terrestre, lo que subraya la importancia de haber traído estas muestras a la Tierra y almacenarlas en condiciones controladas.
Uno de los hallazgos más intrigantes es la presencia de carbonato de sodio hidratado, que podría ser trona (Na₃H(CO₃)₂·2H₂O) o nahcolita (NaHCO₃). Estas fases son sensibles al daño por exposición al aire, lo que sugiere que se formaron en un entorno protegido dentro del asteroide. Además, se observó la formación de halita (NaCl) y silvita (KCl), aunque estas fases se descompusieron rápidamente cuando las muestras fueron expuestas al aire, lo que indica que su preservación en Bennu fue posible solo debido a las condiciones de almacenamiento en nitrógeno.
La presencia de estas sales sugiere que el cuerpo progenitor de Bennu experimentó una evolución prolongada de fluidos, posiblemente en un entorno de cuenca cerrada donde la evaporación concentró las sales. Este proceso es similar al que ocurre en lagos salinos en la Tierra, como el lago Searles en California, donde se forman secuencias de evaporitas que incluyen carbonatos, sulfatos y haluros.
En el caso de Bennu, la secuencia de formación de minerales indica que primero se precipitaron carbonatos de calcio y magnesio, seguidos por fases más ricas en sodio, como el carbonato de sodio y el sulfato de sodio. Finalmente, se formaron haluros como la halita y la silvita. Esta secuencia sugiere que el fluido en el interior del asteroide se volvió cada vez más concentrado en sodio a medida que avanzaba la evaporación.
Este descubrimiento tiene implicaciones más allá de Bennu. En Ceres, el planeta enano más grande del cinturón de asteroides, se han detectado depósitos de carbonato de sodio y cloruro de sodio en áreas de alto albedo, lo que sugiere que salmueras similares podrían estar presentes en su subsuelo. Además, en Encélado, una luna de Saturno, se han observado columnas de agua que contienen iones de sodio, potasio, cloruro y carbonato, lo que indica la presencia de océanos subsuperficiales de salmuera.
Estos hallazgos sugieren que los procesos de evaporación y congelación de salmueras podrían ser comunes en el Sistema Solar, especialmente en cuerpos ricos en hielo. Además, la presencia de sales ricas en sodio en Bennu y otros cuerpos celestes plantea la posibilidad de que estos entornos puedan haber sido propicios para la formación de compuestos orgánicos prebióticos, un paso crucial en el origen de la vida.
Las salmueras no solo son importantes desde un punto de vista geológico, sino que también podrían haber jugado un papel clave en la química prebiótica. En las muestras de Bennu, se han detectado nucleobases, los componentes básicos del ADN y el ARN, junto con fosfatos y sales. Esto sugiere que el ambiente químico en el cuerpo progenitor de Bennu podría haber sido favorable para la formación de moléculas orgánicas complejas, como los nucleótidos.
Además, los minerales presentes en Bennu, como los filosilicatos y los fosfatos, podrían haber actuado como catalizadores para la formación de azúcares y nucleósidos. Aunque aún no se ha demostrado que estos procesos hayan ocurrido en Bennu, la presencia de estos componentes químicos hace del asteroide un objetivo prometedor para futuras investigaciones sobre el origen de la vida.
El descubrimiento de sales en las muestras de Bennu no solo proporciona una visión detallada de la historia geológica de este asteroide, sino que también abre nuevas vías para la exploración de otros cuerpos celestes en el Sistema Solar. Las salmueras, como las que existieron en el cuerpo progenitor de Bennu, podrían ser comunes en mundos ricos en hielo, como Ceres y Encélado, y podrían haber sido entornos clave para la evolución de la química prebiótica.
Este hallazgo subraya la importancia de misiones como OSIRIS-REx, que permiten a los científicos estudiar muestras prístinas de asteroides y otros cuerpos celestes en condiciones controladas. A medida que continuamos explorando el Sistema Solar, es probable que descubramos más evidencia de salmueras y su papel en la evolución de los mundos que nos rodean.
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HistoriaReferencia: McCoy, T. J., Russell, S. S., Zega, T. J., Thomas-Keprta, K. L., Singerling, S. A., Brenker, F. E., Timms, N. E., Rickard, W. D. A., Barnes, J. J., Libourel, G., Ray, S., Corrigan, C. M., Haenecour, P., Gainsforth, Z., Dominguez, G., King, A. J., Keller, L. P., Thompson, M. S., Sandford, S. A., … Lauretta, D. S. (2025). An evaporite sequence from ancient brine recorded in Bennu samples. Nature, 637(8048), 1072–1077. https://doi.org/10.1038/s41586-024-08495-6