Lucha por la conservación de la diversidad genética


Biodiversity Global Plant Species
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Issempa

La pérdida de diversidad genética se ha convertido en uno de los desafíos ambientales más críticos de nuestro tiempo. Aunque muchas discusiones sobre biodiversidad se centran en la desaparición de especies y la degradación de ecosistemas, la diversidad genética intraespecífica —la variabilidad dentro de cada especie— es fundamental para la resiliencia y adaptabilidad de la vida en la Tierra. Un reciente metaanálisis global, que abarca más de tres décadas de investigaciones y datos de 628 especies repartidas en casi todos los reinos de la vida, nos ofrece una radiografía alarmante y, al mismo tiempo, esperanza sobre las estrategias de conservación necesarias para revertir este fenómeno.

El estudio analizado recopiló datos de investigaciones publicadas en 217 revistas y abarcó un amplio espectro taxonómico, desde animales y plantas hasta hongos y cromistas, cubriendo tanto ecosistemas terrestres como marinos. Con más de 4,000 mediciones temporales, la investigación se basó en técnicas de metarregresión bayesiana para evaluar los cambios en la diversidad genética en períodos que van desde menos de un año hasta más de 12,000 años, con un punto medio alrededor del año 2000.

El resultado principal es inquietante: se detecta una pérdida pequeña pero estadísticamente significativa de diversidad genética a nivel mundial. Esto implica que, en escalas de tiempo que reflejan la influencia directa de actividades humanas, la variabilidad genética —clave para la adaptación y supervivencia a largo plazo— se está erosionando. Especialmente preocupante es el caso de aves y mamíferos, dos grupos que presentan las disminuciones más notorias y que son vitales para el equilibrio de numerosos ecosistemas.

Una de las contribuciones más importantes de este metaanálisis es la vinculación directa entre las amenazas ecológicas y el declive de la diversidad genética. Entre los factores que se han identificado destacan:

  1. Cambio en el uso del suelo: La transformación de hábitats naturales para la agricultura, urbanización y otros usos humanos está fragmentando y reduciendo las poblaciones.
  2. Cosecha y acoso: La sobreexplotación de especies, tanto para consumo como para otros fines, está ejerciendo presión directa sobre la diversidad genética.
  3. Enfermedades y fenómenos abióticos: Incendios, eventos climáticos extremos y la propagación de enfermedades también han contribuido a la disminución de la variabilidad genética.

Incluso en poblaciones donde no se han reportado perturbaciones específicas, el estudio evidencia una “pérdida de fondo” en la diversidad genética, lo que sugiere que, sin intervención, el proceso es casi inevitable.

A pesar de la magnitud del problema, el análisis revela una preocupante asimetría: mientras que dos tercios de las poblaciones analizadas han sido afectadas por alguna forma de perturbación, menos de la mitad han recibido intervenciones de conservación. Las acciones de gestión, que varían desde la protección legal hasta la suplementación y la restauración de conectividad entre poblaciones, son cruciales para mitigar la pérdida genética.

Entre las estrategias evaluadas, la suplementación —la adición de nuevos individuos a una población— se destaca como la única intervención asociada con un aumento significativo de la diversidad genética, sobre todo en especies de aves. Este hallazgo refuerza la idea de que, aunque algunas medidas de conservación pueden no revertir completamente el daño, intervenciones específicas pueden marcar una diferencia real.

Asimismo, el estudio distingue entre niveles de gestión: desde acciones dirigidas a individuos, pasando por medidas a nivel de población, hasta intervenciones a escala de paisaje. Los datos sugieren que las estrategias enfocadas en la gestión poblacional tienden a ser más efectivas para detener o reducir la pérdida genética, en comparación con aquellas focalizadas únicamente en el individuo.

La diversidad genética no es simplemente una cifra en una hoja de datos; es el motor que permite a las especies adaptarse a cambios ambientales, resistir enfermedades y mantener la funcionalidad de los ecosistemas. Su pérdida representa una amenaza doble: no solo se reduce la capacidad de las especies para sobrevivir a futuras perturbaciones, sino que también se comprometen los servicios ecosistémicos esenciales para la humanidad, desde la polinización de cultivos hasta la purificación del agua y el aire.

El estudio destaca que la acumulación de diversidad genética es un proceso evolutivo de largo plazo, y una vez perdida, es extremadamente difícil de recuperar. En este contexto, las intervenciones de conservación basadas en información genética se convierten en herramientas fundamentales para la toma de decisiones y la formulación de políticas ambientales.

Ante este panorama, los autores del metaanálisis proponen cuatro recomendaciones clave:

  1. Seguimiento genético temporal: Implementar monitoreos continuos que permitan detectar y cuantificar cambios en la diversidad genética a lo largo del tiempo, junto con el registro de amenazas y medidas de conservación.
  2. Iniciar la recopilación de datos genéticos: Si aún no se dispone de información temporal, es fundamental comenzar a recolectarla de inmediato para establecer líneas base y comparativas futuras.
  3. Utilizar datos existentes: Aprovechar los cientos de conjuntos de datos ya disponibles para fundamentar y expandir la gestión genética.
  4. Emplear indicadores indirectos: En ausencia de datos genéticos directos, utilizar observaciones de campo y otros indicadores para orientar las evaluaciones de riesgo y las intervenciones en biodiversidad.

El metaanálisis global nos ofrece una imagen clara: la pérdida de diversidad genética es una realidad que ya está afectando a múltiples especies en todo el mundo, impulsada en gran parte por actividades humanas. Sin embargo, también nos demuestra que contamos con las herramientas y estrategias necesarias para hacerle frente. La suplementación y otras acciones de conservación, cuando se aplican de manera informada y a la escala adecuada, tienen el potencial de detener e incluso revertir esta tendencia preocupante.

En un momento en que la biodiversidad global se enfrenta a desafíos sin precedentes, es imperativo que gobiernos, científicos y comunidades trabajen conjuntamente para integrar la dimensión genética en las políticas y prácticas de conservación. Solo así podremos asegurar que la riqueza y complejidad de la vida en nuestro planeta continúe floreciendo para las generaciones futuras.


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Biodiversidad

Referencia: Shaw, R. E., Farquharson, K. A., Bruford, M. W., Coates, D. J., Elliott, C. P., Mergeay, J., Ottewell, K. M., Segelbacher, G., Hoban, S., Hvilsom, C., Pérez-Espona, S., Ruņģis, D., Aravanopoulos, F., Bertola, L. D., Cotrim, H., Cox, K., Cubric-Curik, V., Ekblom, R., Godoy, J. A., … Grueber, C. E. (2025). Global meta-analysis shows action is needed to halt genetic diversity loss. Nature, 638(8051), 704–710. https://doi.org/10.1038/s41586-024-08458-x

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