Redacción HC
30/09/2025
La humanidad enfrenta un desafío crítico: alimentar a una población creciente mientras se combate el cambio climático y se preserva la biodiversidad. Los sistemas agrícolas dominantes, basados en monocultivos y uso intensivo de agroquímicos, han contribuido a la degradación de suelos, a la pérdida de especies y a la emisión de gases de efecto invernadero. Frente a este panorama, la agroecología surge como una estrategia para transformar la producción de alimentos en un proceso regenerativo, resiliente y equitativo.
El artículo “Agroecological approaches to sustainable development”, publicado en Frontiers in Sustainable Food Systems (Vikas & Ranjan, 2024), ofrece una revisión exhaustiva de cómo los principios y prácticas agroecológicas pueden contribuir a la seguridad alimentaria, la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad. A través de un análisis de estudios de caso y literatura científica, los autores presentan un marco integrador que trasciende las soluciones puramente tecnológicas.
El texto parte de un diagnóstico contundente: la inseguridad alimentaria, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático son crisis interconectadas que no pueden resolverse con enfoques fragmentados. La agroecología propone una visión holística que incorpora dimensiones ecológicas, sociales y económicas, integrando tanto el conocimiento científico como el saber local.
Los autores destacan que, si bien existen abundantes estudios sobre prácticas específicas —como la agroforestería, los policultivos o el manejo integrado de plagas—, la evidencia que sintetice de forma integral su impacto en los sistemas alimentarios sigue siendo limitada. De allí la relevancia de su revisión, que busca comprender cómo estas prácticas contribuyen a sistemas alimentarios más resilientes y qué barreras obstaculizan su expansión.
La investigación se basa en una revisión de literatura académica y de experiencias de campo en regiones como India, México y África. A través de una categorización temática, los autores identifican principios comunes: diversificación de cultivos, manejo del suelo, integración de árboles en sistemas agrícolas (agroforestería) y estrategias de manejo integrado de plagas.
El enfoque cualitativo permite sintetizar impactos en servicios ecosistémicos, productividad y bienestar social. Sin embargo, los autores reconocen limitaciones: el sesgo de publicación hacia estudios con resultados positivos, la falta de métricas estandarizadas y la escasez de evaluaciones de largo plazo. Estos vacíos dificultan la atribución de causalidad en sistemas tan complejos.
Los hallazgos son contundentes. Los sistemas agroecológicos ofrecen:
Ejemplos emblemáticos incluyen el programa de manejo natural en Andhra Pradesh (India), que ha involucrado a millones de agricultores en prácticas regenerativas, y la iniciativa MasAgro en México, que combina investigación científica y extensión rural para fortalecer la fertilidad del suelo y los ingresos de los productores.
Los beneficios no se limitan al plano ambiental. La agroecología promueve la equidad social al integrar el conocimiento tradicional, fortalecer las economías locales y diversificar las fuentes de ingreso. Como marco socioecológico, contrasta con la intensificación agrícola basada en insumos químicos, que a menudo ignora las externalidades ambientales y sociales.
Pese a sus ventajas, la adopción masiva de la agroecología enfrenta obstáculos significativos. Entre ellos destacan:
Los autores advierten que la transición requiere políticas que reconozcan el valor de los servicios ecosistémicos y promuevan incentivos económicos para prácticas regenerativas.
El estudio recomienda rediseñar los subsidios agrícolas para favorecer prácticas regenerativas, invertir en formación técnica y crear mecanismos de pago por servicios ecosistémicos como el secuestro de carbono o la conservación de la biodiversidad. Además, propone:
La agroecología no es solo un conjunto de técnicas: es una estrategia de desarrollo sostenible que alinea los objetivos de mitigación climática, seguridad alimentaria y equidad social.
La revisión de Vikas y Ranjan evidencia que la agroecología ofrece soluciones simultáneas a tres crisis globales: hambre, cambio climático y pérdida de biodiversidad. Para que su potencial se materialice, se requiere voluntad política, financiamiento adecuado y un marco institucional que reconozca y valore los beneficios ambientales y sociales.
La transición agroecológica no solo es posible, sino necesaria para garantizar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios. Las experiencias en India, México y América Latina demuestran que, con políticas adecuadas, la agricultura puede ser aliada de la naturaleza y del bienestar humano.
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BiodiversidadReferencia: Vikas, & Ranjan, R. (2024). Agroecological approaches to sustainable development. Frontiers in Sustainable Food Systems. https://doi.org/10.3389/fsufs.2024.1405409