Nanoplásticos en la agricultura: ¿una amenaza invisible en nuestras hortalizas?


Lettuce
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Olia Danilevich

Redacción HC
02/10/2025

La contaminación por plásticos ha dejado de ser un problema exclusivo de los océanos y ya alcanza a los suelos agrícolas y a los alimentos que consumimos. Un estudio reciente publicado en la revista ACS Agricultural Science & Technology (Bryant et al., 2024) revela cómo los nanoplásticos de poliestireno pueden modificar la forma en que los cultivos absorben contaminantes orgánicos como pesticidas y fármacos. El caso de la lechuga, uno de los vegetales más consumidos en el mundo, ofrece una señal de alerta para la seguridad alimentaria y la salud pública.

Este artículo periodístico explica los hallazgos del estudio, sus implicaciones prácticas para la agricultura y la necesidad de revisar las políticas de manejo de residuos plásticos.

La pregunta central: ¿cómo interactúan nanoplásticos y contaminantes?

Los suelos agrícolas y las aguas de riego pueden contener simultáneamente residuos farmacéuticos, pesticidas y micro/nanoplásticos (MNPs). La investigación se preguntó: ¿qué ocurre cuando ambos contaminantes coinciden? ¿Aumenta la absorción de sustancias tóxicas por las plantas?

Los experimentos se realizaron con lechuga expuesta durante siete días a tres contaminantes de distinta naturaleza: trimethoprim (antibiótico), atrazina (herbicida) e ibuprofeno (fármaco antiinflamatorio). Estos se aplicaron solos, combinados o junto con nanopartículas de poliestireno de 500 nanómetros, bajo condiciones de agua dulce y salina.

Metodología: un laboratorio de interacciones invisibles

El equipo científico empleó técnicas de cuantificación química y microscopía electrónica para detectar tanto contaminantes como nanoplásticos en las raíces y brotes de la lechuga. Se analizaron factores de translocación —es decir, el movimiento de los compuestos desde la raíz hacia las hojas comestibles— y se aplicaron métodos estadísticos para identificar patrones significativos.

Aunque los ensayos se desarrollaron en condiciones controladas, los autores advierten que el uso de una sola dimensión de partícula (500 nm) y de un solo tipo de polímero limita la generalización. Aun así, el experimento representa uno de los avances más claros en el entendimiento de la coexposición planta–contaminantes–nanoplásticos.

Resultados clave: el ibuprofeno se dispara en la lechuga

El hallazgo más preocupante fue el aumento drástico en la concentración de ibuprofeno en los brotes de la lechuga cuando coexisten nanoplásticos:

  • +77.4% bajo condiciones de agua dulce.
  • +309% bajo condiciones de agua salina.

Esto significa que los nanoplásticos pueden actuar como “vectores” de transporte, facilitando que ciertos contaminantes alcancen la parte comestible de la planta.

En contraste, la presencia de mezclas de contaminantes redujo la captación de nanoplásticos por las plantas, efecto más marcado en ambientes salinos. La respuesta de cada compuesto fue distinta según su hidrofobicidad: mientras que la atrazina y el trimethoprim tuvieron patrones variables, el ibuprofeno mostró una clara tendencia a acumularse en mayor medida.

Este hallazgo es particularmente relevante porque en regiones agrícolas donde se usan plásticos de acolchado (mulching) o aguas residuales tratadas, la combinación de nanoplásticos y contaminantes es un escenario plausible.

Implicaciones para la agricultura y la seguridad alimentaria

El estudio plantea preguntas urgentes:

  • Seguridad alimentaria: si los nanoplásticos incrementan la acumulación de fármacos en hortalizas, los riesgos para los consumidores son mayores, sobre todo en contextos donde coinciden aguas residuales, pesticidas y plásticos degradados.
  • Políticas públicas: las normativas actuales rara vez consideran la coexposición de micro/nanoplásticos y contaminantes orgánicos. Esto sugiere la necesidad de incluir estos escenarios en protocolos de monitoreo.
  • Manejo agrícola: prácticas como el uso extensivo de films plásticos en cultivos, la disposición de residuos plásticos o el riego con agua salinizada deben revisarse.

Los investigadores recomiendan ampliar los estudios a otros tipos de plásticos, tamaños de partículas y condiciones de campo, además de evaluar los posibles impactos toxicológicos en modelos de consumo humano y animal.

Una advertencia para los sistemas agrícolas modernos

La evidencia presentada por Bryant y colegas (2024) es clara: los nanoplásticos no solo son un contaminante emergente, sino que además modifican la dinámica de absorción de otros contaminantes en las plantas. Este doble efecto obliga a replantear estrategias de manejo de residuos plásticos en la agricultura y a fortalecer la vigilancia de contaminantes en los alimentos.

La ciencia ha dado la voz de alarma. Ahora, la responsabilidad recae en decisores políticos, agricultores y consumidores para exigir prácticas más seguras que protejan tanto la salud humana como la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas.


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Contaminación

Referencia: Bryant, M. T., Ren, J., Sharma, V. K., & Ma, X. (2024). Mutual Effects and Uptake of Organic Contaminants and Nanoplastics by Lettuce in Co-Exposure. ACS Agricultural Science & Technology. https://doi.org/10.1021/acsagscitech.3c00600

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