Cuando los animales desaparecen, los bosques pierden su capacidad de capturar carbono


Emperor Tamarin
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Steve Wilson

Redacción HC
03/10/2025

La regeneración de los bosques tropicales es un proceso vital para enfrentar el cambio climático, pero su éxito depende de algo más que del suelo, el clima o la cobertura vegetal. Según un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la pérdida de animales dispersores de semillas está reduciendo drásticamente la capacidad de los bosques de almacenar carbono.

Este hallazgo pone en evidencia que los bosques tropicales no solo dependen de los árboles, sino también de las interacciones invisibles entre fauna y flora. Sin los llamados “jardineros del bosque” —aves, primates, murciélagos y otros animales frugívoros—, la recuperación natural de los ecosistemas podría ser mucho más lenta y menos efectiva de lo que se había estimado.

El papel crucial de los animales en la regeneración forestal

Los animales que dispersan semillas cumplen una función ecológica esencial: transportan y depositan semillas lejos del árbol madre, permitiendo que nuevas plántulas crezcan en espacios abiertos o perturbados. Sin este proceso, la regeneración de los bosques se ve seriamente limitada.

El estudio liderado por Evan C. Fricke (MIT) y un equipo internacional de investigadores revela que el 81 % de las especies arbóreas tropicales dependen, en mayor o menor medida, de la dispersión animal. Es decir, sin fauna dispersora, la mayoría de estos árboles difícilmente podrían reproducirse con éxito.

Un índice para medir la “disrupción de la dispersión”

Para cuantificar el impacto de la pérdida de fauna en la regeneración, los científicos desarrollaron un índice de disrupción de la dispersión de semillas. Este indicador integra datos de más de 3.000 parcelas de regeneración tropical, 406 redes ecológicas de plantas y animales, y cerca de medio millón de localizaciones GPS de unas 80 especies dispersoras.

Al comparar este índice con la capacidad de los bosques de acumular carbono, los investigadores encontraron que las parcelas con fauna dispersora saludable acumulan carbono cuatro veces más rápido que aquellas con fuerte disrupción.

En términos absolutos, esto se traduce en una pérdida de hasta 1,8 toneladas de carbono por hectárea al año en sitios degradados. En promedio, los bosques afectados por la pérdida de fauna muestran un 57 % menos de potencial de captura de carbono.

Implicaciones para la restauración y el cambio climático

Este hallazgo tiene consecuencias directas para las políticas de restauración forestal y la mitigación del cambio climático. Muchas iniciativas globales parten de la premisa de que los bosques tropicales, si se dejan recuperar naturalmente, absorberán grandes cantidades de carbono. Sin embargo, el estudio advierte que este potencial está sobreestimado si se ignora la salud de la fauna dispersora.

En zonas con alta disrupción, los autores sugieren complementar la regeneración natural con reforestación activa y estrategias de conservación de fauna. Esto incluye restaurar corredores biológicos, reintroducir especies clave y reducir amenazas como la caza y la fragmentación de hábitats.

Latinoamérica: una región clave

La Amazonía, la Mata Atlántica y los bosques andinos albergan especies icónicas de dispersores como tucanes, monos aulladores, tapires y murciélagos frugívoros. Su desaparición local no solo amenaza la biodiversidad, sino también la capacidad de los bosques de actuar como sumideros de carbono.

Por ello, los compromisos climáticos de los países latinoamericanos deberían incluir métricas sobre el estado de la fauna dispersora, además de indicadores de cobertura forestal.

Conservar fauna para conservar el clima

El estudio de Fricke et al. (2025) demuestra que la biodiversidad animal no es solo un valor en sí mismo, sino un componente indispensable de la lucha contra el cambio climático. Restaurar bosques sin asegurar la presencia de fauna dispersora es como intentar construir una ciudad sin trabajadores que trasladen materiales: los árboles pueden crecer, pero no al ritmo ni con la eficacia necesaria para enfrentar la crisis climática.

La conservación integrada —bosques y fauna en sinergia— emerge así como una de las estrategias más efectivas para proteger tanto la biodiversidad como el futuro climático del planeta.


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Clima

Referencia: Fricke, E. C., Cook-Patton, S. C., Harvey, C. F., & Terrer, C. (2025). Seed dispersal disruption limits tropical forest regrowth. Proceedings of the National Academy of Sciences, 122(5), e2500951122. https://doi.org/10.1073/pnas.2500951122

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